El
servicio a los demás nos ayuda a mostrar amor y ganar
el verdadero espíritu de la Navidad. |
Relato |
Paja
en el pesebre
por
Sue Jones |
A
medida que el entendimiento de nuestros hijos empezó
a ir más allá de las paredes protectoras de nuestro
hogar, la Navidad se volvió una celebración más
mundana.
A medida que crecían el anhelo y el ánimo, el
nacimiento de nuestro Salvador parecía cada vez más
alejado de nuestro corazón y de nuestra mente. Mi esposo
Bob y yo tratamos de incorporar nuevamente a nuestra celebración
el verdadero espíritu de la Navidad de modo que resultara
significativo para toda la familia.
Un año establecimos un modelo de tradiciones que nos
ha permitido disfrutar de unas Navidades significativas durante
años. |
Para
la noche de hogar de la primera semana de diciembre seleccionamos
una lección que se centraba en brindar servicio como
una manera de celebrar la época de la Navidad.
Armamos un pesebre de cartón y proporcionamos un recipiente
con paja. Cada vez que alguien de la familia realizaba un
acto de servicio, colocábamos una pieza de paja en
el pesebre.
Los niños buscaban emocionados actos significativos
de amabilidad con los cuales pudieran conseguir paja para
el pesebre del niño Jesús, y ese año
llenamos el pesebre en tres ocasiones.
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Bob
encontró casualmente una vieja linterna en la exhibición
de decoraciones navideñas de una tienda y la compró.
Se convirtió en la inspiración del broche de
oro de nuestra celebración religiosa. Después
de la cena y de la fiesta familiar de Nochebuena, los niños
se pusieron su pijama y no reunimos en la habitación
más grande del piso de arriba, lejos del nacimiento
que estaba en la sala. Apagamos todas las luces de la casa
y les explicamos a los niños que iríamos en
peregrinación para ver al recién nacido Rey
de reyes.
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A fin
de prepararnos para el viaje, cantamos villancicos tradicionales
y luego entramos en la sala, cantando “Venid, adoremos”.
Bob iba delante, sosteniendo la linterna con su llama titilante,
a fin de iluminar el camino.
Al llegar al pequeño establo, nos sentamos en silencio
y cantamos algunos villancicos más; luego le entregamos
el pesebre a Jesús.
Estaba lleno de paja, lo que representaba nuestros regalos de
amor que habíamos dado durante el mes.
Todo el que deseó hacerlo, expresó su amor por
el Salvador. El Espíritu del Señor estuvo en nuestro
hogar y en nuestro corazón aquella noche. Los niños
se fueron a acostar tranquilos y en silencio, aún ansiosos
por que llegara la mañana, pero también sintiendo
amor y agradecimiento por el niño Jesús, cuyo
nacimiento estábamos celebrando.
Cada año, al vernos nuevamente envueltos en el ritmo
frenético de los preparativos de Navidad, conservamos
un sentimiento de paz, porque sabemos que el comercialismo se
verá aplacado, hasta cierto grado, con unos momentos
de verdadera adoración.
Aun en el ansiado instante de la mañana de Navidad, los
niños anhelan también el momento especial que
pasamos cada Nochebuena con el Rey recién nacido. |
Sue Jones es miembro del Barrio Bountiful 31,
Estaca Bountiful, Utah.
Tomado de Liahona Diciembre de 2005 |
Conceptos
para aplicar |
- Al
prestar servicio mostramos nuestro amor por Jesucristo
- Siempre
es importante ser amables con nuestros familiares y amigos
- Agradecer
al Padre por haber enviado a Su hijo para bendecir nuestras
vidas.
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Escrituras |
- Lucas
2
- Juan
13:34
- Mateo
25:35-40
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Cita |
“Dar,
en vez de recibir, es lo que hace florecer el espíritu
de la Navidad. Uno perdona a los enemigos, recuerda a los
amigos y obedece a Dios. El espíritu de la Navidad
ilumina la ventana del alma para ver más allá
de la ajetreada vida del mundo para interesarnos más
en las personas que en las cosas”.
(Pte. Thomas S. Monson, Liahona, diciembre de 1995, págs.
2–3)
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Himnos |
Canciones
para los niños |
Escuchar |
Leer |
26
- Jesús en pesebre |
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20 - Mandó a Su Hijo |
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Himnario |
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123 - ¡Regocijad! Jesús nació |
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127
- Noche de Luz |
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