En
el templo se unen las familias por la eternidad, los lazos
eternos se fortalecen y los vínculos familiares se
hacen más estrechos que nunca. |
Relato |
La
historia familiar cambió mi vida
por el élder Carlos A. Perez |
Hace muchos años, poco después de bautizarme,
oí a una hermana testificar en la reunión sacramental
de lo que había sentido mientras estaba efectuando
la obra de historia familiar.
De repente, me puse a llorar como un niño. En el momento
no me di cuenta de lo que me pasaba,
pero después supe que el Señor me estaba testificando
por medio del Espíritu que lo que la hermana decía
era verdad y que yo debía efectuar la historia familiar
y la obra del templo por mis antepasados.
En lo profundo de mi corazón, sentí la veracidad
de estas palabras inspiradas, escritas por el profeta José
Smith: “...permítaseme aseguraros que éstos
son principios referentes a los muertos y a los vivos que
no se pueden desatender, en lo que atañe a nuestra
salvación. Porque su salvación es necesaria
y esencial para la nuestra...” (D. y C. 128:15).
No nos será posible lograr la exaltación sin
nuestros antepasados, ni tampoco ellos podrán
lograrla sin nosotros.
Más adelante, el Espíritu me inspiró
a visitar a mi tía Esther, a quien no había
visto desde hacía mucho tiempo.
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Me
encontré en su casa sin saber por qué había
ido. En el curso de nuestra conversación, le hablé
sobre la obra de historia familiar que los miembros de la Iglesia
llevamos a cabo. Ella se levantó y fue a otra parte de
la casa; volvió llevando una caja llena de papeles que
había guardado, pero con los cuales no sabía qué
hacer.
Cuando la abrió y empezó a mostrarme su contenido,
me quedé asombrado al ver documentos
con el nombre y la fecha de nacimiento y de muerte de muchos
miembros de mi familia, incluso de mis abuelos, tías,
tíos y otras personas. ¡Qué agradecido me
quedé por obtener los datos que necesitaba para empezar
a efectuar la obra de historia familiar!
Un año después de bautizarme, mi esposa y yo nos
sellamos en el Templo de São Paulo, Brasil. También
llevamos a cabo bautismos por mis abuelos maternos y, estando
allí en el templo, sentí su aprobación. |
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Mi
testimonio de la maravillosa obra que se efectúa en
nuestros templos es muy fuerte.
En el templo se unen las familias por la eternidad, los lazos
eternos se fortalecen y los vínculos familiares se
hacen más estrechos que nunca.
Ahora tenemos un templo en Uruguay y podemos asistir a él
regularmente. Allí he podido sentir
lo mismo que sentí hace veintisiete años y que
cambió mi vida para siempre.
He aprendido que debemos buscar constantemente experiencias
espirituales que nos motiven a cambiar nuestra vida y luego
produzcan gran felicidad.
Esas experiencias que cambian la vida pueden tener efecto
en muchas personas que nos rodean, así como también
en los que han vivido antes que nosotros.
Tenemos un inmenso poder y debemos usarlo siempre. La obra
comenzada hace ya muchos años por un jovencito de catorce
años es la obra de Dios en la tierra. La que se lleva
a cabo en nuestros templos es una obra divina. Testifico que
podemos saber eso si somos obedientes a nuestro
Padre Celestial y si actuamos de acuerdo con las impresiones
espirituales que recibamos.
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Tomado de Liahona agosto 2005 |
Conceptos
para aplicar |
- En
el templo se unen las familias por la eternidad
- Al
trabajar en nuestra historia familiar vivimos experiencias
espirituales especiales
- El
Señor nos ha brindado muchas herramientas modernas
para encontrar a nuestros antepasados
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Escrituras |
- DyC
128:15
- 1 Corintios
14:29
- Malaquías
4:6
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Cita |
“La
paz personal y el nivel de espiritualidad en nuestra vida
aumentará a medida que diariamente centremos toda nuestra
atención y nuestro estudio en el Salvador, le agradezcamos
Su sacrificio expiatorio, nos esforcemos por servirlo trabajando
en la obra misional, nos esforcemos por encontrar a Sus ovejas
perdidas y a Sus hijos pródigos y los ayudemos para
que regresen al redil, tratemos de asistir al templo con la
mayor frecuencia posible e investiguemos con más diligencia
nuestra historia familiar”.
(Élder Robert E. Wells, Liahona julio 1991, pág.95)
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Himnos |
Canciones
para los niños |
Escuchar |
Leer |
73 - El Señor me dio un templo |
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100 - Estoy haciendo mi historia familiar |
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Himnario |
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160 - Tu casa amamos, Dios |
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184 - Id, oh santos, a los templos |
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