El ayuno: Promesas olvidadas

por el élder Walter F. González, de los Setenta

Tomemos el tiempo para indagar y reflexionar sobre las muchas promesas por la observancia correcta de la ley y convenio del ayuno.

Elder Walter F. González De los Setenta

Todos recordamos que ayunar es abstenerse de comer y beber durante un periodo de 24 horas, asistir a la reunión de ayuno y testimonios y dar una ofrenda de ayuno generosa para ayudar a cuidar a los necesitados (Manual de Instrucciones 2, página 202). Pero muchas veces no tomamos el tiempo para indagar y reflexionar sobre las muchas bendiciones prometidas por la observancia correcta de esta ley y convenio. Estas promesas tienen que ver con lo personal, así como con el beneficio de quienes nos rodean.
En el aspecto personal, somos bendecidos con aumento de conocimiento,  guía divina, salud y felicidad.

Conocimiento

Al ayunar el Señor nos promete “nacerá tu luz como el alba… en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía” (Isaías 58: 8, 10).  Este es un conocimiento práctico para saber qué hacer en momentos difíciles de nuestra vida. Estas situaciones pueden relacionarse casi con cada aspecto de nuestro diario vivir.  Ya sea que enfrentemos momentos económicos difíciles o nos preocupen las relaciones interpersonales en la familia, en nuestro ambiente de trabajo o estudio, el ayunar correctamente nos traerá luz adicional para saber qué hacer o decir.
A menudo enfrentamos estos desafíos cotidianos sin pensar que un ayuno podría ayudarnos a entender nuestras circunstancias personales.

Guía divina

No solo tenemos la promesa de conocimiento adicional sino que  “Jehová te guiará siempre, y en las sequías saciará tu alma” (Isaías 58:11).
Esta guía divina fue algo que el Salvador siempre buscó obtener de su Padre, y el ayuno fue una herramienta importante para recibirla. Además, ayunó al enfrentar  las tentaciones que precedieron el inicio de su ministerio (Mateo 4:1-11).
Cuando parece que nada funciona, el ayuno puede saciar nuestra alma. Al tener la guía divina que viene a través del ayuno, tenemos la promesa de que “irá tu rectitud delante de ti, y  la  gloria de Jehová será tu retaguardia.” (Isaías 58:8). Es reconfortante  pensar que aunque las circunstancias se mantengan difíciles, nuestra rectitud se profundiza y tenemos la certeza de tener al Señor cubriendo  nuestras espaldas. Sea lo que sea que suceda, será la voluntad del cielo y para el beneficio de nuestras almas.

El ayunar y orar son instrumentos para aumentar nuestra habilidad de activar los poderes del cielo. El ayuno correcto aumenta el poder de nuestras oraciones. El profeta Isaías prometió: “invocarás, y te responderá Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí.” (Isaías 58:9)

Salud

En lo que hace a nuestra salud,  al ayunar correctamente tenemos la promesa de que “tu salud se manifestará pronto…y dará vigor a tus huesos” (Isaías 58: 8, 11). ¡Qué hermosa promesa!
Muchas veces tememos  ayunar por enfocarnos en la sensación de falta de alimentos que tendremos y cómo podría afectarnos. Sin embargo, esta promesa debería ser un aliciente para vencer esa sensación de hambre y mejorar así nuestra salud.

Mucho se ha  dicho y escrito sobre los beneficios que vienen por abstenerse de comer  y beber por un  período de tiempo. A mí me gusta pensar que no solo se trata de nuestra salud física sino también de nuestra salud espiritual y aun el  aumento de nuestra fe. Es interesante notar que el Salvador enseñó a sus discípulos que para realizar ciertos milagros era necesario ayunar y orar (Marcos 9:29).

Aumento de nuestro gozo

Cuando nos sentimos tristes o decaídos, la promesa que tenemos al ayunar de sentir gozo no puede pasar desapercibida. Tanto el profeta Zacarías y la revelación moderna nos prometen gozo al ayunar.  Zacarías escribió: “Así ha dicho Jehová de los ejércitos: El ayuno del cuarto mes, y el ayuno del quinto, y el ayuno del séptimo y el ayuno del décimo se convertirán para la casa de Judá en gozo y alegría” (Zacarías 8:19), y  en Doctrina y Convenios leemos: “De cierto, esto es ayunar y orar, o en otras palabras, regocijarse y orar.”(D&C 59:14, cursiva agregada).

Nuestros seres queridos

El ayunar correctamente también tiene promesas que afectan a los seres que amamos. Estas vienen tanto por la influencia que irradiamos como por bendiciones que se prometen.
Al ayunar se nos promete “serás como huerto de riego y como manantial cuyas aguas nunca faltan” (Isaías 58:11). Nuestros consejos y ejemplo al relacionarnos con otras personas serán sin duda una fuente de sabiduría e inspiración para quienes nos rodean. Ya sea en nuestro papel de padres o de hijos, esta promesa es relevante para fortalecer a nuestras familias.

Otra promesa que afecta a nuestro entorno es: “Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas; los cimientos de generación en generación levantarás” (Isaías 58:12). Me gusta pensar en mis hijos y los hijos de mis hijos recibiendo las bendiciones de este evangelio. Me gusta pensar cómo el ayuno nos puede ayudar a retener en el evangelio a nuestra posteridad. Parecería que si no ayunamos correctamente, los riesgos de perder de la actividad en el evangelio a los seres que amamos, aumenta.

El permanecer activos en el evangelio incluye el aumentar nuestros atributos cristianos. Esto significa el vencer muchas debilidades y defectos de nuestras almas. Por tal razón, llena nuestra alma de esperanza el saber que al ayunar podemos “reparar brechas, restaurar calzadas para habitar” (Isaías 28:12).
El ayuno nos puede ayudar a vencer adicciones y tristezas de nuestro ser y ayudar a otros a hacerlo también.

Es nuestra esperanza y ferviente deseo que más personas usen este instrumento del ayuno para enfrentar los desafíos y problemas de esta vida.

Al pensar en todas las promesas que acompañan esta ley, es más fácil seguir la invitación del Rey Benjamín “y ahora bien, si creéis todas estas cosas, mirad que las hagáis” (Mosíah 4:10). Y también debemos recordar, los que tenemos un testimonio de la restauración, que en esta dispensación el Señor nos ha dicho que si sabemos que estas cosas son verdaderas “he aquí, te mando que confíes en las cosas que están escritas” (Doctrina y Convenios 18:3).

Es nuestra esperanza y ferviente deseo que más personas usen este instrumento del ayuno para enfrentar los desafíos y problemas de esta vida.

Mensaje publicado por el élder Walter F. Gonzalez, de los Setenta, cuando se desempeñaba como presidente del Área Sudamérica Sur

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