Claves para vivir de una manera feliz
Todos tenemos necesidad de ser felices para transitar la vida con entusiasmo y las Escrituras nos dan claves para vivir de una manera feliz.
“Y vivimos de una manera feliz” (2 Nefi 5:27)
Hace algunos días mientras viajaba en colectivo, observé el rostro de una mujer que parecía estar muy triste. Me pregunté qué le podría estar sucediendo para tener esa mirada perdida y desesperanzada.
Unas paradas después subió un grupo de jóvenes riendo y hablando en un volumen bastante elevado. Se notaba que estaban felices y disfrutaban de estar juntos.
Volví a mirar a la mujer, que parecía no haberse percatado de la bulliciosa presencia del grupo, y pensé en las cosas que nos hacen felices a cada uno de nosotros. En las circunstancias que vivimos y que nos predisponen a dicha felicidad.
Necesidad de ser felices
Todos los seres humanos tenemos necesidad de ser felices. Todos, de una u otra manera, buscamos ese estado de dicha que nos hace transitar la vida con más entusiasmo.
Tal vez en diferentes épocas de la vida es más sencillo encontrar esa felicidad. ¿O será que estamos más predispuestos a ser felices con las pequeñas cosas? Tal vez el peso de la vida nos cayó encima y ya no podemos sostenerlo y eso nos trae infelicidad.
Pero ¿por qué vivir una vida triste, deprimente, oscura, cuando nuestro Padre Celestial nos ha creado para que tengamos gozo? Ese último pensamiento me recordó un estudio del Ven, sígueme que tuvimos con mi familia hace algunas semanas, donde leímos 2 Nefi 5:27: “Y aconteció que vivimos de una manera feliz”.
Reflexiones sobre la felicidad
Mientras hablábamos de lo que habíamos aprendido en esos versículos, mi hija leyó la traducción que le devolvió Google: “Y aconteció que vivimos según la manera de la felicidad”.
Por algunos días me quedó esa frase dando vueltas en la cabeza: “según la manera de la felicidad…” Y ese día, cuando me planteaba qué cosas nos pueden hacer felices a todos los seres humanos por igual decidí volver a estudiarlo.
¿Cuál sería la manera de la felicidad? Antes de volver a 2 Nefi para hacer un estudio más detallado de esos capítulos, medité en las cosas que yo pensaba que podían formar parte de esa “manera de felicidad”.
Anoté los momentos que me hacen feliz, las cosas que me traen dicha y los afectos que me ayudan a mantener esa felicidad a través del tiempo. Seguramente todos nosotros hemos pensado con regularidad en qué cosas nos hacen felices. Y sin duda, cada uno tendrá su lista de puntos de felicidad. Pero, aunque estos pueden ser muy personales, hay algunos consejos que se aplican a todos por igual.
Siguiendo con el capítulo 5 de 2 Nefi, allí se nos dice qué hizo el pueblo para poder vivir a la manera de la felicidad.
Obediencia a las leyes de Dios
“Y nos afanamos por cumplir con los juicios, y los estatutos y mandamientos del Señor en todas las cosas, según la ley de Moisés”. (2 Nefi 5:10)
Una y otra vez los profetas nos han indicado que la única forma de tener gozo verdadero es cumpliendo con las leyes y ordenanzas del Evangelio. Siendo obedientes a los mandamientos del Señor y avanzando por la senda de los convenios, podremos lograr la felicidad en esta Tierra y la exaltación en la vida venidera.
Si estudiamos la vida de los profetas, tanto de la antigüedad como de esta dispensación, veremos que han tenido que atravesar inmensas dificultades. Su fe, su paciencia, su humildad, obediencia, mansedumbre… han sido probadas. En muchos casos hasta el límite de lo soportable, como le sucedió a Abraham. Pero aún así, todos sintieron el gozo de vivir de acuerdo a lo que nuestro Dios requería de ellos. Tuvieron la fortaleza de avanzar por esta vida y de progresar mientras encontraban la felicidad en ese camino que muchas veces era escabroso y difícil.
Trabajar para ser autosuficientes
“Y el Señor estaba con nosotros, y prosperamos en gran manera; porque plantamos semillas, y a cambio, cosechamos abundantemente. Y empezamos a criar rebaños, manadas y animales de toda clase.” (2 Nefi 5:11)
“Y aconteció que yo, Nefi, hice que mi pueblo fuese industrioso y que trabajase con sus manos”. (2 Nefi 5:17)
Uno de los primeros mandamientos que recibieron Adán y Eva fue el de trabajar. Dicho requisito continúa en vigencia hoy en día. Creo que nunca fue tan importante que entendamos este mandamiento como lo es en la actualidad.
En esta época en la que el trabajo ha perdido su valor, en la que el adversario ha logrado que muchos piensen que la felicidad llega cuando no se trabaja, cuando se recibe todo sin esfuerzo, es fundamental que entendamos que este principio dignifica y trae felicidad.
Aunque no se nos promete que seremos ricos en tesoros materiales, se nos enseña que mediante nuestro esfuerzo en trabajar para ser autosuficientes en lo temporal, prosperaremos en la tierra.
Cambio de paradigma
Hace poco leí una cita que me hizo reflexionar en cuanto a este tema:
“Tener suficiente para nuestras necesidades es la mejor medida de prosperidad temporal (…). El cambio de paradigma de Lucifer es agrandar la búsqueda de grandes riquezas y la adquisición de productos de lujo sumamente visibles. Algunos parecen sentirse impulsados a lograr el estilo de vida de los ricos y los famosos. El exceso de riqueza no se promete a los miembros fieles, ni suele traer felicidad”.
(Élder Quentin L. Cook, Liahona marzo 2018 “Cuando lo malo parece bueno y lo bueno parece malo”)
Cuando somos obedientes a los mandamientos y aplicamos los principios del Evangelio a nuestra vida, se nos bendice con una porción de entendimiento y logramos distinguir los engaños que Satanás emplea para confundirnos y privarnos del gozo de hacer lo correcto.
Estudiar las cosas seculares de la vida
“Y enseñé a mi pueblo a construir edificios y a trabajar…” (2 Nefi 5:15)
El pueblo de Nefi se esforzó en aprender. El buscar conocimiento, educar nuestras manos y nuestra mente también es un mandamiento. Los nefitas repartían parte de su tiempo entre el trabajo que realizaban para vivir y alimentarse y el estudio y la capacitación que necesitaban para realizar dicho trabajo. De esa manera sus mentes estaban activas al igual que sus cuerpos y eran productivos. Aprovecharon el tiempo que se les había concedido y lograron ser autosuficientes.
Cuando aprendemos y nos desarrollamos superando desafíos, alcanzamos un sentimiento de felicidad y realización que no se logra conseguir con ninguna otra actividad. Por eso el estudiar, el educarnos en cualquier aspecto secular nos ayudará a alcanzar ese estado de felicidad.
Estudiar las Escrituras y enseñanzas de los profetas
“Y yo, Nefi, también había traído los anales que estaban grabados sobre las planchas de bronce…” (2 Nefi 5:12)
“Y acaeció que yo, Nefi, consagré a Jacob y a José sacerdotes y maestros sobre la tierra de mi pueblo”. (2 Nefi 5:26)
No solamente estudiaban lo secular y laboral. Aprendían con regularidad de las escrituras cuando sus líderes las leían y explicaban al pueblo.
En el Libro de Mormón podemos leer muchas de las enseñanzas de Nefi y de Jacob. Todas ellas tenían por objeto acercar a la gente al Salvador, brindarles el conocimiento que necesitaban para lograr la salvación y enseñarles a ser felices en esta vida.
“Y hablamos de Cristo, nos regocijamos en Cristo, predicamos de Cristo, profetizamos de Cristo y escribimos según nuestras profecías, para que nuestros hijos sepan a qué fuente han de acudir para la remisión de sus pecados”. (2 Nefi 25:26)
Asistir al templo con regularidad
“Y yo, Nefi, edifiqué un templo…” (2 Nefi 5:16)
Por último, vemos que el Templo era fundamental para que el pueblo pudiera vivir a la manera de la felicidad.
“Las ordenanzas y los convenios del templo son antiguos. El Señor mandó a Adán y a Eva que oraran, hicieran convenios y ofrecieran sacrificios. De hecho, cada vez que el Señor ha tenido un pueblo en la tierra que obedece Su palabra, le ha mandado edificar templos.”
(Russell M. Nelson, Conferencia general octubre 2021, “El templo y el cimiento espiritual de ustedes”)
La casa del Señor nos acerca más a Dios. Nos permite realizar los convenios que son necesarios para volver a la presencia del Padre Celestial y de Jesucristo y lograr el mayor gozo que existe. Los templos son faros en un mundo oscuro. Nos acercan a la luz y a la verdad eternas y nos permiten fortalecer el cuerpo, la mente y el espíritu a medida que progresamos para parecernos más al Salvador del mundo.
Cómo alcanzar la felicidad
¿Quién de nosotros no desea ser feliz? ¿Quién no anhela para sí mismo y para sus seres queridos vivir con gozo y paz? El Señor, en Su tierna misericordia nos ha enseñado cómo lograrlo.
- Esforzarnos por obedecer los mandamientos con exactitud
- Trabajar para ser autosuficientes
- Estudiar las cosas seculares de la vida
- Estudiar las Escrituras y las palabras de los profetas modernos
- Asistir al templo con regularidad
Estos aspectos son clave para poder lograrlo. Además, Jesucristo nos revelará individualmente qué otras cosas debemos y podemos hacer para vivir a la manera de la felicidad.
Espíritu de gratitud para ser felices
Recordemos que la felicidad es un estado emocional positivo que se caracteriza por una sensación general de bienestar, por lo tanto algo fundamental que debemos tener en cuenta a la hora de buscar ser más felices, es tener un espíritu de agradecimiento.
Enfocar nuestra mente en cosas positivas y en todas las bendiciones que nos rodean, nos ayudará a comenzar a vivir de una manera más feliz y a mantener esa felicidad en el tiempo.
Busquemos ser felices
¿Qué cosas debo cambiar para ser más feliz? Ese es un análisis que cada uno de nosotros puede y debe hacer si desea vivir a la manera de la felicidad. La vida es corta, apenas un suspiro en nuestra existencia eterna, pero es tan intensa y puede ser tan gozosa como nosotros queramos. Recordemos que encontramos aquello que buscamos. ¿Estamos buscando ser felices?
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