El Señor Jesucristo vendrá de nuevo

Por el presidente Russell M. Nelson – Presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Este es el momento de que ustedes y yo nos preparemos para la Segunda Venida de nuestro Señor y Salvador, Jesús el Cristo.

Mis queridos hermanos y hermanas, estoy agradecido de que el Señor me haya bendecido para hablar con ustedes.

En esta conferencia, el Señor nos ha hablado por medio de Sus siervos. Los insto a que estudien sus mensajes. Utilícenlos como una prueba definitiva para determinar lo que es verdad y lo que no lo es durante los próximos seis meses.

La preservación y renovación del Templo de Salt Lake y otras partes de la Manzana del Templo están en marcha desde hace casi cinco años. Las proyecciones actuales indican que esta obra se completará para finales de 2026. Estamos agradecidos por todos los que están trabajando en este enorme proyecto.

Durante los últimos seis meses, hemos dedicado o rededicado nueve templos en cinco países. De aquí a finales de año dedicaremos otros cinco.

Hoy tenemos el placer de anunciar los planes de construcción de 17 templos más. Por favor, escuchen con reverencia mientras anuncio las ubicaciones:

  • Juchitán de Zaragoza, México
  • Santa Ana, El Salvador
  • Medellín, Colombia
  • Santiago, República Dominicana
  • Puerto Montt, Chile
  • Dublín, Irlanda
  • Milán, Italia
  • Abuja, Nigeria
  • Kampala, Uganda
  • Maputo, Mozambique
  • Coeur d’Alene, Idaho
  • Queen Creek, Arizona
  • El Paso, Texas
  • Huntsville, Alabama
  • Milwaukee, Wisconsin
  • Summit, Nueva Jersey
  • Price, Utah

Mis queridos hermanos y hermanas, ¿ven lo que está sucediendo ante nuestros ojos? ¡Ruego que no pasemos por alto la majestuosidad de este momento! El Señor ciertamente está apresurando Su obra.

¿Por qué estamos construyendo templos a un ritmo sin precedentes? ¿Por qué? Porque el Señor nos ha mandado que lo hagamos. Las bendiciones del templo ayudan a recoger a Israel en ambos lados del velo. ¡Y esas bendiciones también ayudan a preparar a un pueblo que ayudará a preparar al mundo para la Segunda Venida del Señor!

Como profetizó el profeta Isaías, y como se conmemora en El Mesías de Händel, cuando Jesucristo regrese “se manifestará la gloria de Jehová, y toda carne juntamente la verá”.

En ese día, “el principado estará sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz”.

Jesucristo gobernará tanto desde la antigua Jerusalén como desde la Nueva Jerusalén “edificada sobre el continente americano”. Desde esos dos centros, Él dirigirá los asuntos de Su Iglesia.
En ese día, el Señor será conocido como “Rey de reyes y Señor de señores”, y aquellos que estén con Él serán “llamados, y elegidos y fieles”.

Hermanos y hermanas, este es el momento de que ustedes y yo nos preparemos para la Segunda Venida de nuestro Señor y Salvador, Jesús el Cristo. Este es el momento de que hagamos de nuestro discipulado nuestra máxima prioridad. En un mundo lleno de distracciones vertiginosas, ¿cómo podemos hacerlo?

Templo de Roma, Italia

La adoración regular en el templo nos ayudará. En la Casa del Señor nos centramos en Jesucristo, aprendemos de Él, hacemos convenios de seguirlo, llegamos a conocerlo. Al guardar nuestros convenios del templo, obtenemos mayor acceso al poder fortalecedor del Señor. En el templo recibimos protección contra los embates del mundo. ¡Experimentamos el amor puro de Jesucristo y de nuestro Padre Celestial en gran abundancia! Sentimos paz y seguridad espiritual, en contraste con la turbulencia del mundo.

Esta es mi promesa para ustedes: todo aquel que busque con sinceridad a Jesucristo lo hallará en el templo. Sentirán Su misericordia, encontrarán respuestas a sus preguntas más inquietantes y comprenderán mejor el gozo de Su Evangelio.

He aprendido que la pregunta más crucial que cada uno de nosotros debe responder es esta: ¿A quién o a qué daré mi vida?

Mi decisión de seguir a Jesucristo es la más importante que he tomado en mi vida. Durante mi época de estudiante de Medicina, obtuve un testimonio de la divinidad de Dios el Padre y de Su Hijo, Jesucristo. Desde entonces, nuestro Salvador ha sido la roca sobre la que he edificado mi vida. ¡Esa decisión ha marcado toda la diferencia! Esa decisión ha hecho que muchas otras decisiones sean más fáciles, esa decisión me ha dado propósito y dirección, y también me ha ayudado a superar las tormentas de la vida. Permítanme mencionar dos ejemplos:

Primero, cuando mi esposa Dantzel falleció inesperadamente, no pude localizar a ninguno de nuestros hijos. Allí estaba yo, solo, devastado y clamando por ayuda. Afortunadamente, por medio de Su Espíritu, el Señor me enseñó por qué mi querida Dantzel había sido llevada a casa. Al comprender eso, me sentí consolado y, con el tiempo, pude sobrellevar mejor mi pesar. Más tarde, me casé con mi amada esposa Wendy. Ella fue una parte fundamental de mi segundo ejemplo.

Cuando Wendy y yo estábamos en una asignación en un país lejano, unos ladrones armados me pusieron una pistola en la cabeza y apretaron el gatillo, pero el arma no disparó. Durante esa experiencia, la vida de ambos se vio amenazada. Sin embargo, Wendy y yo sentimos una paz innegable: era la paz “que sobrepasa todo entendimiento”.

Hermanos y hermanas, ¡el Señor también los consolará a ustedes! Él los fortalecerá y los bendecirá con paz, aun en medio del caos.

Escuchen esta promesa de Jesucristo para ustedes: “Estaré a vuestra diestra y a vuestra siniestra, y mi Espíritu estará en vuestro corazón, y mis ángeles alrededor de vosotros, para sosteneros”.

La capacidad del Salvador para ayudarlos no tiene límites. ¡Su incomprensible sufrimiento en Getsemaní y en el Calvario fue por ustedes! ¡Su Expiación infinita es para ustedes!

Los insto a que dediquen tiempo cada semana, por el resto de su vida, a aumentar su comprensión de la Expiación de Jesucristo. Mi corazón sufre por los que están sumidos en el pecado y no saben cómo salir. Lloro por aquellos que tienen dificultades espirituales o quienes llevan cargas pesadas en soledad porque no entienden lo que Jesucristo hizo por ellos.

Jesucristo tomó sobre Sí los pecados de ustedes, los dolores de ustedes, las angustias de ustedes y las debilidades de ustedes. ¡No tienen que cargar con ellos ustedes solos! Él los perdonará cuando se arrepientan, los bendecirá con lo que necesiten y sanará su alma herida. Cuando se unan al yugo de Él, sus cargas se aliviarán. Si hacen convenios de seguir a Jesucristo y los guardan, descubrirán que los momentos dolorosos de su vida son temporales. Sus aflicciones serán “consumidas en el gozo de Cristo”.

No es demasiado pronto ni demasiado tarde para que se conviertan en discípulos devotos de Jesucristo. Entonces experimentarán plenamente las bendiciones de Su Expiación. También serán más eficaces para ayudar a recoger a Israel.

Mis queridos hermanos y hermanas, en un día venidero, Jesucristo regresará a la tierra como el Mesías milenario. Así que hoy los llamo a que redediquen su vida a Jesucristo. Los llamo para que ayuden a recoger al Israel disperso y a que preparen al mundo para la Segunda Venida del Señor. ¡Los llamo para que hablen de Cristo, testifiquen de Cristo, tengan fe en Cristo y se regocijen en Cristo!

Vengan a Cristo y “ofr[ézcan]le [su]s almas enteras” a Él. ¡Ese es el secreto de una vida de gozo!

Lo mejor está por llegar, mis queridos hermanos y hermanas, ¡porque el Salvador viene de nuevo! Lo mejor está por llegar porque el Señor está apresurando Su obra. Lo mejor está por llegar conforme volvamos por completo nuestro corazón y nuestra vida a Jesucristo.

Doy mi solemne testimonio de que Jesucristo es el Hijo de Dios. Soy Su discípulo. Me siento honrado de ser Su siervo. En Su Segunda Venida, “se manifestará la gloria de Jehová, y toda carne juntamente la verá”. ¡Ese día estará lleno de gozo para los justos!

Mediante el poder de las sagradas llaves del sacerdocio que poseo, ¡declaro esta verdad a ustedes y a todo el mundo! En el nombre de Jesucristo. Amén.

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