Pensando en mi voto – Moroni
Nuestro voto es importante y debe ser estudiado detenidamente y en oración porque entrega a una persona y a sus colaboradores la posibilidad de afectar nuestra calidad de vida.
Vivir en un país en el que tenemos la oportunidad de elegir a nuestros gobernantes es una gran bendición, pero a la vez una gran responsabilidad, porque nuestro voto entrega a una persona y a sus colaboradores la posibilidad de afectar la calidad de vida que tendremos durante los próximos años.
De allí que nuestro voto debería ser cuidadosamente estudiado, sin depender de un partido por el que simpaticemos, de livianas promesas de campaña o de migajas que puedan ofrecernos. El Señor destaca en Doctrina y Convenios nuestra condición de “libres” y menciona nuestra responsabilidad de buscar como gobernantes a “hombres honrados y sabios” porque cuando “los inicuos gobiernan, el pueblo se lamenta” (DyC 98:8-10).
El presidente Brigham Young dijo: “¿Somos un pueblo político? Sí, en verdad muy político. Pero, ¿a qué partido pertenecen o por cuál votarán? Les diré por quiénes votaremos: votaremos por el hombre que haya de proteger los principios de la libertad civil y religiosa, el hombre de mayor conocimiento y que posee el mejor corazón y el mejor cerebro como estadista; y no nos importa en lo más mínimo que sea liberal, demócrata o republicano …o cualquier otra cosa. Tal es nuestra política (DBY, 358).
¿A quiénes deseamos como funcionarios públicos? Como gobernantes, presidentes y estadistas, así como para cada cargo de confianza y responsabilidad, queremos a los mejores que podamos encontrar; y cuando los hayamos conseguido, oraremos por ellos y depositaremos en ellos nuestra confianza y nuestra influencia para que cumplan con la voluntad de Dios y se conserven a sí mismos y conserven al pueblo en la verdad y en la justicia (DBY, 358). (Brigham Young – Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia, Capítulo 36 “Los gobiernos terrenales y el Reino de Dios”)
Ojalá pudiéramos encontrar hombres con el calibre moral del Capitán Moroni. Es interesante leer sobre sus cualidades en el Libro de Mormón: “Y era Moroni un hombre fuerte y poderoso, un hombre de un entendimiento perfecto; sí, un hombre que no se deleitaba en derramar sangre; un hombre cuya alma se regocijaba en la libertad e independencia de su país, y en que sus hermanos se libraran de la servidumbre y la esclavitud;
“Sí, un hombre cuyo corazón se henchía de agradecimiento a su Dios por los muchos privilegios y bendiciones que otorgaba a su pueblo; un hombre que trabajaba en gran manera por el bienestar y la seguridad de su pueblo.
“Sí, y era un hombre firme en la fe de Cristo; y había jurado defender a su pueblo, sus derechos, su país y su religión, aun cuando tuviera que derramar su sangre.
“Sí, en verdad, en verdad os digo que si todos los hombres hubieran sido, y fueran y pudieran siempre ser como Moroni, he aquí, los poderes mismos del infierno se habrían sacudido para siempre; sí, el diablo jamás tendría poder sobre el corazón de los hijos de los hombres”. (Alma 48:11-13, 17)
En contraste con Moroni, también podemos leer de Gadiantón y sus combinaciones secretas, con sus planes macabros de enriquecimiento e iniquidad, sus intenciones de hacer caer gobiernos, como el de Pahorán, un hombre bueno y honesto, pero tal vez no tan eficiente o gobernando en situaciones económicas y políticas complicadas, quizás como las que se encuentran muchos de los países en el mundo actualmente. El final era conocido: Dios nunca apoyaría a Gadiantón, sino a Pahorán, aun en los errores que pudiera haber cometido como líder político, y así sucedió. Finalmente, Gadiantón y sus representantes fueron derrotados y el pueblo de Dios logró la paz y a la prosperidad.
Muy difícil encontrar entre los políticos del mundo actual alguien con las cualidades de hombre y de líder de Moroni. Pero debemos esforzarnos al máximo en identificar al que más se acerque a ese modelo. Su honestidad e integridad debe ser clave, porque el Señor nunca bendecirá un gobierno que no se esfuerce por regirse por valores y principios eternos.
Los Santos de los Últimos Días entendemos mejor que nadie la importancia de poder elegir. Tomamos una decisión clave en la vida preterrenal y por eso estamos aquí. Sabemos que nuestras decisiones determinarán la clase de vida que llevaremos luego de la resurrección. Sabemos de oposición, de adversidad y de cómo buscar inspiración. Sabemos qué tuvo que hacer José Smith para llegar a la Primera Visión. No se basó en la supuesta verdad que cada líder religioso decía tener, sino que acudió a la fuente, a Áquel que nos ama, se deleita en guiarnos y ayudarnos, y que nos dio herramientas para llegar a la verdad de todas las cosas.
El presidente Ezra Taft Benson dijo: “Por lo general, las decisiones sabias se toman tras esmerarse, batallar y tras esforzarse en oración… Por tanto, empecemos por decir que buscar a nuestro Padre Celestial fervientemente, teniendo fe de que nos contestará las oraciones, es una reconfortante base para comenzar… En ocasiones, intentar hallar la decisión correcta requiere muchísima energía, consideración y longanimidad. En las decisiones de importancia crucial, el ayuno, en combinación con la oración, puede proporcionar gran iluminación espiritual”. (Ezra Taft Benson – Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia – Capítulo 3: La libertad de elección: Un principio eterno”)
Nuestro voto es importante, pero debe ser estudiado detenidamente y en oración. El momento crucial no está en el “cuarto oscuro” sino en nuestra habitación, de rodillas, en un meditado análisis intentando identificar al hombre más íntegro que haya llegado a esa instancia. Hay mucho en juego y no debemos decidirlo a la ligera guiados por un partido, el periodismo o amigos. En definitiva, la prosperidad no vendrá de un hombre o de un partido político (aunque la prometan) sino de Dios. Él nos llevará a la prosperidad a través de los Moroni, Pahorán o Benjamín, pero nunca a través de Gadiantón y sus combinaciones secretas.
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