Fanny Correa: Una joven escritora que debes conocer
En el área que sea, Fanny embellece la vida de las personas con su simpatía y ahora como escritora hace vibrar pensamientos y corazones.
Estar en el templo siempre es algo especial y sagrado por ser La Casa del Señor y por lo mucho que significa en nuestras vidas. Servir como obrero de las ordenanzas del templo es un privilegio y una fuente de experiencias muy valiosas. La sociabilidad que se genera con los demás obreros es parte de la riqueza que uno obtiene. Sean varones o mujeres, sin importar la edad o el lugar desde donde vengan, nos une un objetivo común: servir al Señor ayudando a que la experiencia de cada persona que asista sea valiosa e inolvidable.
A Fanny Correa, una joven obrera, casi no la conocía; solo por cruzarnos en los pasillos y desempeñar juntos algunas asignaciones. Pero era muy fácil notar cómo llegaba a todas las personas con su amabilidad, su simpatía y su sonrisa. Su hermano, Lautaro, también comenzó a asistir como obrero junto con ella, pocas semanas después de finalizar su servicio como misionero.
Una tarde, noté que ella no había asistido y al preguntarle a Lautaro, me contó que su hermana estaba terminando unos trámites para la impresión de un libro, su primer libro. Allí me enteré que Fanny, además de estar estudiando psicología en la Universidad de La Plata, ¡también era escritora!
Disfruté mucho leer su libro–de hecho, lo leí dos veces ya– “Corriendo al tiempo”, publicado por Tinta Libre Ediciones en versión papel y como e-book. Está lleno de reflexiones sobre las distintas etapas de la vida. Divierte, hace viajar por el tiempo y uno se identifica rápidamente con lo que va leyendo. Uno comienza, sin darse cuenta, a ser parte del relato. Me sorprendieron muchos de sus pensamientos…
“Depende de vos si solo quieres ser un simple espectador o un partícipe de la historia que irás a contar”
“Solo conocerás la profundidad de mis pensamientos cuando analices la altura de tus principios…”
Y así, cada página con planteos valiosos relacionados con las etapas de nuestra vida.
“Todos tienen que conocerla y leer su libro y sus reflexiones”–pensé y decidí comunicarme con Fanny y programar una charla para escribir sobre ella. Así surgió este primer artículo, sobre “Fanny Correa: Una joven escritora que debes conocer”
Fanny Sofía Correa nació en Tandil, provincia de Buenos Aires el 14 de agosto de 1998. Siguiendo a sus padres, se bautizó en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en agosto de 2009, y sus múltiples experiencias fortalecieron sus convicciones año tras año, al igual que su relación con Jesucristo.
Las enseñanzas contenidas en “Confía en Jehová con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas” (Proverbios 3:5-6, Antiguo Testamento) y “he aquí, os digo estas cosas para que aprendáis sabiduría; para que sepáis que cuando os halláis al servicio de vuestros semejantes, sólo estáis al servicio de vuestro Dios” (Mosíah 2:17, Libro de Mormón), marcaron profundamente el final de su niñez y su juventud.
Su amor por el Señor y por su prójimo la llevaron a tomar la decisión de consagrar 18 meses de su vida sirviendo como misionera en la Misión Brasil Londrina. Durante ese tiempo en el que impactó positivamente la vida de todos aquellos que la rodearon, su desarrollo personal fue notable.
Referente a su misión, dice: “Recordar cada una de las experiencias de la misión me confirma que fue una de las mejores decisiones para mi vida, y estoy más que feliz por haberlo hecho. La misión me mostró cómo el Señor, a través del evangelio, cambia vidas, y cómo Él llega al corazón de las personas. La misión solo fue suma en mi vida, en todos los aspectos de mi vida…”
Al regresar y retomar sus estudios y su formación profesional, sigue tocando con su sonrisa y su simpatía, la vida de su entorno, sean familiares, amigos o simplemente contactos casuales. Actualmente sirve como obrera de las ordenanzas en el Templo de Buenos Aires; además, es Supervisora de Seminarios de la estaca La Plata y forma parte del Consejo Estudiantil de Instituto. En el área que sea, Fanny embellece la vida de las personas con su simpatía. Ahora, en su faz de escritora y con su primer libro, también hace vibrar pensamientos y corazones.
Son muchas las preguntas que me sirven de guía en la entrevista y a medida que avanzamos, se agregan más. Es un ida y vuelta por demás interesante.
“¿Cómo empezaste a escribir?”–fue obviamente la primera pregunta. Piensa rápido, sonríe y responde generosamente:
“Me inicié en el mundo de la escritura escribiendo frases relacionadas con pequeñas cosas del día a día. Luego de algunos meses, fui desarrollando reflexiones en base a algunas frases que ya había escrito y otras nuevas que iban surgiendo.
“De todas formas, al momento de escribir el libro he tenido varios bloqueos; no fue algo automático. A veces no sabía de qué manera desarrollar algunas ideas o de qué forma poder encarar determinados temas. Lo que más me ha resultado para desbloquearme ha sido tomarme un tiempo, escuchar música, salir a caminar y continuar con mi vida, pero observando a mi alrededor y atenta a lo que venía a mi mente”– y enseguida agrega riendo–”Pero, hasta ahora, lo más engorroso en mi primera experiencia de escritora, ha sido el proceso de publicar el libro, ya que la interacción con la editorial parece que nunca termina…”
Es activa e inquieta y eso ayuda a imaginarla escribiendo, hablando con la editorial y tratando de entender los muchos procesos de publicación, negociando tiempos entre su multiplicidad de roles. Eso lleva a otra pregunta…
¿Cómo logras conciliar tus estudios, trabajo y llamamientos con tu pasión por la escritura?
“En realidad se concilia de una forma bastante natural, ya que desde joven me interesó todo lo vinculado con lo social y ahora, como estudiante de psicología y trabajando, frecuentemente estoy en contacto con diferentes personas que pasan por diferentes situaciones o que hablan de aspectos de sus vidas. A partir de allí, fluyen ideas, reflexiones, frases y/o pensamientos que amplían mi visión y me inspiran a escribir. La oración tiene gran responsabilidad en la comprensión que busco de ciertas situaciones. Mi proceso creativo está muy vinculado con el Señor, el contacto continuo con la sociedad y la música es fundamental”.
“Corriendo al tiempo” está publicado, se está difundiendo y está a la venta. ¿Cómo impactó en la gente?
“La recepción de mi obra por el público ha sido un éxito. No lo imaginaba y aún no me doy cuenta hasta dónde puede llegar. Las personas me mandan mensajes manifestando que se han identificado en determinadas páginas y me hacen saber que han resaltado párrafos de una forma personal. ¡Es un sueño!”
La charla es fluida, hay mucho más para preguntar pero tengo que comenzar a cerrar. Sin duda habrá una segunda parte.
¿Cómo te sentís con todo esto? Fanny se queda pensando, sus ojos adquieren un brillo particular, y con su sonrisa característica comienza a responder…
“Con este primer libro me siento sorprendida, agradecida y feliz. Sorprendida por el hecho de que nunca me imaginé en esta situación por haber desarrollado un talento como la escritura. Inmensamente agradecida al Señor, a mi familia y a algunas personas que me rodean por toda la ayuda que me dieron, directa o indirectamente. Y feliz porque es un logro que se va disfrutando día a día al ver que las personas que lo leen se identifican con aquellas líneas de las cuales todos reflexionan y pocos logran ponerlas en palabras”.
Dos últimas preguntas…
¿Y ahora qué sigue?
“Me gusta escribir mucho sobre la vida en sí, sobre las reflexiones que la gente se hace y en general quedan como conversaciones triviales. Tal vez un futuro libro se enfoque en la amistad, nuestra zona de confort, los miedos y otros. Estoy escribiendo…”
¿El templo?
“El templo cumple una función fundamental en mi vida. Es un refugio, un lugar donde puedo recibir revelación personal y donde puedo ayudar a las personas tanto de este como del otro lado del velo. Servir en la Casa del Señor es un gran privilegio; uno llega a percibir lo que Él quiere para nuestras vidas, una vida de orden, de paz y tranquilidad, amor, pureza y servicio. Y, lo más importante, estoy cerca de Él”.
Fanny irradia una luz especial en cada faceta de su vida. Su amor por Jesucristo, su compromiso con el servicio y su capacidad para tocar corazones son notables. Igual con su don para la escritura. Su libro, “Corriendo al tiempo”, es un testimonio de sus reflexiones sobre la vida y sus etapas. Fanny no solo escribe palabras, sino que crea experiencias que resuenan en el corazón de quienes la leen. En el rol que desempeñe, deja una huella imborrable. Su escritura, influenciada por su fe y su conexión con las personas, se ha convertido en un regalo para todos nosotros.
Mi recomendación: Conozcan a Fanny. ¡Lean su libro!
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