Divierte al niño en su camino…
Son muy pocos los años que disponemos como padres para divertirnos sanamente con nuestros hijos y son años que no podemos desaprovechar.
Algo que sucede fácilmente cuando somos padres, es que muchas veces nos olvidamos de las actividades con qué nos divertíamos cuando eramos niños. En fines de semana, feriados y vacaciones, más de una vez nos encontramos ante la encrucijada de tener tiempo para pasar con los niños y no saber qué hacer. Si bien es cierto que hoy la tecnología, la PC y la televisión son, tal vez, actividades preferidas para ellos (y nosotros), no son las que realmente nos permiten disfrutar del tiempo con ellos. Y es en las actividades conjuntas en las que más podemos conocernos mutuamente, enseñar y aprender, y hacer de la unión y el amor familiar algo sólido e indestructible.
De allí que detallamos algunas pocas ideas, con la seguridad de que al leerlas, y recordar cosas que han hecho muchos años atrás, surgirán cientos de ideas más que enriquecerán este listado y servirán para vivir momentos súper divertidos que los niños (y nosotros) jamás olvidarán.
American Idol
Niños, jóvenes (y también los adultos), sueñan con la fama al estar frente a un micrófono cantando. Antes del evento artístico, hay que destinar un tiempo en el que todos pueden prepararse y practicar. Hacer karaoke simplifica la parte musical y da el respaldo que muchas veces se necesita para largarse con más confianza.
Olimpíadas familiares
Pueden hacerse en el nivel de complejidad que uno lo desee. Basta con elegir una serie de actividades físicas y/o mentales o que requieran algún tipo de destreza. Esta actividad permite usar plenamente la creatividad, y aun convendría permitir que los niños programen o sugieran, sin caer en lo tradicional, los juegos que serán parte de la competencia. Hay que establecer las reglas y la puntuación. La duración dependerá del tiempo del que se disponga. No hace falta que todo termine en un día, pero de hacerlo más largo, hay que tener cuidado que no se pierda el interés de los niños. Para evitar problemas, conviene conseguir un árbitro neutral, que puede ser un amigo de la familia, un pariente o un vecino.
Coleccionar
Comenzar a coleccionar algo puede ser una actividad que mantenga entretenidos a uno y a todos los miembros de la familia. Pueden elegir cosas tradicionales y que pueden convertirse en un hobby de toda la vida, como monedas y estampillas, o cosas como hojas, flores o piedras que probablemente mantengan un interés más breve.
Concurso de fotografía
Si los niños cuentan con un celular con cámara o alguien de la familia se los presta, se puede hacer un juego con distintas pautas como buscar la foto más original, fotografiar insectos, animales, situaciones cómicas, caras y muchas más. Según las edades, personalidad e inquietudes de los niños, habrá unas que los divertirán más que las otras. Darles a ellos intervención en la elección del objetivo hará que aumente su entusiasmo.
Regalos
Muchos eventos en nuestra familia y/o en el año justifican un regalo, una tarjeta o una carta. Si hay un nacimiento, o un familiar enfermo, o alguien que sale o regresa de la misión, que se casa o se muda a otra ciudad; si se acerca Navidad, día de la madre, del padre, del abuelo o uno de los tantos días festivos que hay en el año, organizar una mañana, tarde o día entero para hacer regalos o tarjetas artesanales puede ser una buena actividad para compartir con los niños.
Campamento de una noche
Nada más tentador para muchos niños que armar una carpa y experimentar el dormir en el piso. Puede organizarse una noche de campamento en el jardín, y si es invierno, llueve o se vive en un departamento en una ciudad, el living u otro ambiente es una opción a tener en cuenta. Las carpas iglú no requieren clavado de estacas y son fáciles de armar.
De no tener una carpa de este tipo se puede improvisar una carpa con algunas sillas y frazadas. Obviamente, esto creará cierto desorden, pero con seguridad será una experiencia muy divertida.
Teatro
Armar una pequeña obra de teatro representando las historias del Libro de Mormón resultará una actividad divertida y a la vez instructiva. Además de descubrir talentos naturales, uno puede ver las cosas que les llaman la atención de las historias.
Actividad artística
Dibujar, pintar y modelar con plastilina o masa siempre es una actividad que gusta, y desarrolla la creatividad. Siempre es bueno destinar un lugar en el que las obras de arte puedan ser exhibidas por un tiempo, y en el que tanto los padres, como abuelos, tíos y demás familiares puedan admirar los talentos.
Tour por museos y lugares históricos
Si la idea es salir a pasear, no todo se debe limitar a un shopping comercial. Hacer un tour por museos y lugares históricos será una actividad instructiva para los niños, jóvenes y adultos.
Hora de lectura
Leer cuentos, contarlos y hasta teatralizarlos es algo muy divertido para los niños. Si son pequeños y no saben leer, pueden contarlos siguiendo las imágenes que les vayamos mostrando. Gestos y mímica darán vida a las historias. Leer debería ser una actividad atractiva y que lo sea, puede depender mucho de cuánto lo inculquemos como padres. Esto no sólo será importante como diversión, sino sumamente útil para el resto de sus vidas.
Pesebre
Cuando se acerca Navidad, preparar un pesebre familiar como actividad para la Nochebuena ayudará a resaltar el verdadero significado de esa celebración. Como parte de la actividad puede incluirse la preparación de los elementos y disfraces, además del estudio de las canciones, textos y representaciones.
Adornos Navideños
Con la proximidad de la Navidad, adornos confeccionados por los niños pueden darle al árbol de Navidad una belleza distinta, además de ser otra actividad que sin duda despertará el interés de toda la familia.La mayoría de las actividades pueden hacerse sea que tengamos un hijo o más. Algunas pueden llegar a ser muy interesantes haciéndolas junto con familiares, familias amigas o vecinas.
Son muy pocos los años que disponemos como padres para formar a nuestros hijos sin la contaminación ideológica del mundo, y son años que no podemos desaprovechar. A medida que crezcan y enfrenten otras responsabilidades, las influencias externas serán cada vez mayores y si deben enfrentarlas sin una buena relación de confianza con sus padres, les será más difícil decidir correctamente. Esa relación de confianza, similar a la que tenían los 2000 jóvenes de Helamán (véase Alma 56:45-48), de no dudar en absoluto sobre las enseñanzas de sus madres, probablemente sea la que defina la elección correcta, o lleve al pedido de consejo sabio, o dé las fuerzas para conversar un error y repararlo.
Tal vez nunca ha tomado tanta vigencia y urgencia el “Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él” (Proverbios 22:6) como hoy. El tiempo de crear esa relación poderosa es cuando son niños, y luego, si bien hay que continuar alimentándola, nos resultará más fácil mantenerla.
Son muy pocos los años que disponemos como padres para formar a nuestros hijos sin la contaminación ideológica del mundo, y son años que no podemos desaprovechar.
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