Una Navidad desde el celular
Con la familia dispersa por distintos lugares y buscando hacer de la Navidad algo significativo, surgió la idea de “Una Navidad desde el celular”
Muchas son las tradiciones que pueden enriquecer la experiencia de transitar diciembre enfocados en lo que verdaderamente importa, que es hacer del recuerdo del nacimiento de Cristo una oportunidad para recalcular el camino que llevamos durante el año.
Con el correr del tiempo me di cuenta que sin importar lo que uno haga, todo depende de la actitud y del propósito que busca en esta época del año.
En la etapa en que la conformación familiar comenzó a cambiar, las tradiciones también lo hicieron pero siempre con el propósito de poner a Jesucristo en primer lugar, para que su nacimiento siga impactando en nuestros corazones, con un mayor entendimiento de la relación entre el comienzo de Su vida y el propósito por el cual vino a la tierra.
Con los hijos adultos y con la familia dispersa por lugares lejanos, sin la posibilidad de congeniar horarios para un encuentro virtual y sincrónico, en 2022 no quería perder la oportunidad de hacer de la navidad algo especial y significativo.
Actividad navideña digital
Por ello a principios del mes de diciembre les propuse a mi familia y a mis sobrinos hacer un registro digital de los acontecimientos del Nacimiento utilizando las escrituras como guía. Así que a modo de Noticiero de TV, con intervención de las redes, con videos, audios, animaciones, fotos de testigos, entrevistas, portadas de diarios, tweets, todos registros originales de nuestra hechura, ellos transmitirían desde el continente americano y nosotros desde Israel.
Armamos un grupo de WhatsApp que ellos llamaron “Un Salvador os es nacido” y acordamos que el 24 de Diciembre, desde las 21 a cada hora compartiríamos las noticias de ambos continentes, hasta llegar a la medianoche. Sumamos al grupo al resto de la familia.
Mis sobrinos desplegaron todas sus habilidades en el manejo de aplicaciones y su conocimiento de las escrituras para elaborar su parte con anticipación dando como resultado producciones maravillosas.
Por nuestro lado la misma noche del 24 grabamos desde el “viejo mundo” representando los diferentes papeles entre 4 personas, con una cuchara de madera como micrófono, el perro como oveja del pastor que tenía apariencia de gaucho de las pampas, efectos especiales con lo que teníamos a mano y edición desde la computadora. Todo por supuesto filmado muchas veces porque la risa no nos dejaba continuar.
A las 21 un noticiero nos recordó el aniversario de la salida de Lehi de Jerusalén con su familia.
Desde Israel un corresponsal informaba de un accidente en la entrada de la ciudad producto de un choque entre un burro y un camello lo cual dificultaba la llegada de los viajeros para el censo.
Algunos de los cuales se quejaban de la imposibilidad de encontrar un hotel con habitaciones decentes en la ciudad.
Escuchamos el audio de un tal Samuel, el lamanita, en medio de una entrevista a Paoran que con voz amenazante recordaba a todos que el tiempo ya se estaba cumpliendo, que no pasaba nada con respecto a sus profecías estando en peligro la vida de quienes creían en sus palabras.
Mientras tanto en las afueras de Jerusalén un pastor compartió su registro en imagen de los ángeles del cielo que se les aparecieron en la noche.
En América un anuncio nos ofreció planchas de oro y un Liahona con un 30 % de descuento si llamábamos ya.
Por su lado en Israel se incrementó la venta de aceite para lámparas mar-óleo, en un juego de palabras de un aceite de esta época.
Cerca de las 23 empezaron a llegar algunos tweets con noticias inquietantes desde América sobre la aparición de una estrella y lo mismo sucedía en el noticiero de Israel.
A medianoche en ambos continentes se confirmó el nacimiento del Mesías con la aparición de la nueva estrella que no dejó de brillar.
El espíritu de la Navidad estuvo presente de una manera particular y sin embargo espiritual. Leer las escrituras para decidir qué y cómo representar las “noticias”, escribir y ensayar los libretos, armar y diseñar las escenas virtuales y las grabadas en casa, nos conectó como familia.
Esta vez sin pesebre a representar, sin la cena llena de los sabores tradicionales para compartir, sin la presencia de algunos seres queridos, pero con la certeza que nos da el evangelio de que gracias a Su nacimiento la Expiación cumple su propósito en nuestras vidas para ayudarnos a volver a encontrarnos como familia.
Entre los mensaje finales de la familia que fue espectadora (algunos reclamaban noticias al día siguiente) rescato el de mi hermana al decir: “Creando hoy nuevos recuerdos para el futuro” pues sentí que independientemente de lo que suceda en nuestras vidas, o del lugar en donde nos encontremos compartir el espíritu de la Navidad se constituye en el regalo más importante que podemos dar, pues el regalo que perdura es dar de nosotros mismos.
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