La elaboración de un menú nos ayuda a cuidar nuestro presupuesto
Elaborar un menú nos ayudará a tener una dieta variada que incluya todos los grupos de alimentos existentes y a cuidar nuestro presupuesto.
La administración de los alimentos que tenemos almacenados, más los productos frescos que compramos semanalmente nos permitirá ahorrar tiempo y dinero. Pero como siempre sucede a la hora de cenar y, como lo señaló una encuesta a amas de casa de una señal satelital para la mujer, el 99,9 % de las mujeres decide antes de cenar qué es lo que preparará.
Hay que reconocer que algunas más ordenadas cuentan con una gran ventaja: la planificación de un menú semanal. Es el 0,1%, un minúsculo grupo de mujeres que sí sabe aprovechar y administrar su tiempo logrando disfrutar de lo que hacen.
Sabemos que alimentarse saludablemente no es comer de todo en abundancia, ni hacer dietas, ni privarse de algunos alimentos. Es tratar de elegir alimentos de origen vegetal, como cereales, legumbres, hortalizas y frutas, junto con lácteos y carnes magras, como también controlar el consumo de los alimentos que contienen muchas grasas, azúcar y sal. Por lo tanto elaborar un menú consistirá en equilibrar todos los alimentos que necesitamos para “correr sin fatigar”.
El ovalo nutricional apareció en reemplazo de la famosa pirámide para graficar de manera más sencilla la gran variedad de alimentos que debemos relacionar entre sí para mantener la salud. Leyéndolo en sentido inverso a las agujas del reloj, veremos que no es tan difícil seguir su guía en la preparación del menú familiar.
El gran secreto es sentarse a pensar, de acuerdo a la época del año en que nos encontremos, qué menú podemos preparar para una semana. Si lo hacemos así, sólo pensando para 7 días, el desafío no será tan imposible de realizar.
Algunas ecónomas (así se llamaban a las cocineras de TV de hace algunos años) aconsejaban dividir por “elemento principal” cada día y en base a esos elementos elegir qué cosas podían preparar. Al mismo le agregaban siempre verduras de estación y frutas frescas.
El menú que quedaba (muy simple) es algo similar a esto:
- LUNES: granos
- MARTES: carnes rojas
- MIERCOLES: tartas
- JUEVES: pescado
- VIERNES: carnes blancas
- SÁBADO: pastas
- DOMINGO: restos
De esta manera, luego quedaba decidir qué comida una quería hacer. Pero basta juntarse en una reunión de la Sociedad de Socorro para que las ideas de las más experimentadas nos ayuden.
Entre ellas todas sugieren tener planificado por día, ayudadas de un calendario en el que se puede escribir el menú. Así, al hacer las compras ya se sabe qué comprar. Casi todas tienen sus “caballitos de batalla”, es decir, aquellas comidas que hacen en un abrir y cerrar de ojos, que muchas realizan en un abrir y cerrar de latas.
Las que tienen menos tiempo son las que aprovechan la preparación de alguna comida para dos oportunidades, encontrando en el freezer el mejor amigo de la cocina. El dejar la carne casi lista, en el freezer, adobada y condimentada o rellena, sólo dejará como trabajo final descongelarla y cocinar. El pollo guardado en las proporciones que come nuestra familia, cortado y limpio, nos servirá para ese día en que sólo tenemos unas cuantas papas y pocas ganas.
Muchas familias tienen un menú fijo para el domingo. Algunas optan por las pastas o empanadas, otros los sándwiches o guisos. Es el día en que en general los miembros de la Iglesia queremos disfrutar “rápidamente” de una comida en familia.
Preguntar a la familia también ayudará. Un día de la semana un integrante de la misma elegirá qué comer, teniendo la recomendación de no pedir siempre lo mismo. Porque si bien las hamburguesas con papas fritas es algo que les encanta a los chicos, podemos caer en nuestra propia trampa y terminar como una sucursal de McD.
Cuando en la familia tenemos que realizar comidas especiales para algunos de los integrantes, la preparación de un menú es una solución al trabajo. Los celíacos o diabéticos no pueden consumir lo mismo que el resto de la familia y mientras algunos podrán comer pizza otros lo deberán hacer con harina especial y salsas sin TACC si no son caseras.
Para los hipertensos las comidas deberán adquirir otro sabor y tendremos que aprender a condimentar no sólo con sustitutos de la sal, sino, y mejor aún, con hierbas que realcen el sabor y le den carácter al alimento.
Entre los consejos que escuchamos están:
- Seleccionar un menú en base a algún tipo de carne (vacuna-pescado-pollo) o a cereales (arroz- pastas)
- En cuanto a las carnes rojas y blancas, comer variedad de las mismas, aprovechando lo que hay en el lugar en donde vivimos, y eliminando la grasa visible en el momento de preparar las mismas.
- Incluir siempre verduras de cualquier color y tipo, pues debería ser una parte importantísima de la comida diaria.
- Consumir pan en forma moderada, preferentemente integral para que aportemos fibra a la dieta.
- Consumir lácteos en cualquiera de sus presentaciones pues se necesitan en todas las edades.
- Ser moderadas en el uso de sal y azúcar, limitando las bebidas gaseosas o jugos para preparar, por el exceso de azúcar o edulcorantes que estas poseen.
La agitada vida cotidiana amenaza con transformar nuestros hábitos alimenticios. Pero es posible organizar y disponer todo lo necesario para resolver platos sabrosos y nutritivos en contados minutos.
Cuando el reloj no nos corre tanto, podemos aprovechar y preparar una serie de alimentos que nos servirán de base para realizar nuestro menú semanal:
- Verduras hervidas: chauchas, acelgas, repollitos, espárragos, zanahorias, entre otros, de acuerdo a la estación. Se escurren y guardan en la heladera en recipientes de plástico.
- Arroz cocido: si lo escurrimos cuando está al dente y lo guardamos en la heladera vamos a poder usarlo en ensaladas, frío, preparar platos con salsa, pasteles, budines o sopas. En este caso, se agrega a último momento y se deja apenas el tiempo necesario para calentarlo.
- Enlatados y envasados caseros: tomate, arvejas al natural, jardinera de verduras, paquetes de salchichas, frascos de mayonesa, salsa golf, mostaza, ketchup, verduras frescas y congeladas, frutas.
Una dieta equilibrada es aquella que contiene todos los alimentos necesarios para conseguir un estado óptimo nutricional. En realidad, no existen alimentos malos ni prohibidos; simplemente, cada uno hay que tomarlo en su justa medida (siempre y cuando no existan problemas de salud). Para conseguir una dieta sana hay que comer todo tipo de alimentos. No hay nada más recomendable en alimentación que una dieta variada que incluya todos los grupos de alimentos existentes. Por lo tanto, la clave está en saber cuánto comer de cada alimento a lo largo de la semana, y como repartirlo en las diferentes comidas.
Sin importar que estemos solos o seamos varios a la mesa a la hora de comer, este debe ser un momento para disfrutar. Disfrutar la compañía de otros, el momento del encuentro, la conversación cotidiana.
Si estamos solos, el sentimiento de tranquilidad, pensando que no sólo nos estamos alimentando sino, también dando un momento de disfrute. (¡Y más si ya lo teníamos organizado!)
“El éxito no se logra sólo con cualidades especiales. Es sobre todo un trabajo de constancia, de método y de organización.” (J.P. Sergent)
Algunos sitios para ver:
http://www.aadynd.org.ar/index.php
http://www.lasrecetascocina.com/tag/cocina-facil/
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