Leandro J. Curaba: La música me ayudó a buscar la excelencia
Los grandes logros de Leandro J. Curaba tienen que ver con su dedicación, su estudio, su esfuerzo y su amor por el Señor, por su familia y por lo que hace.
Leandro Curaba nació el 14 de julio de 1981 en la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe, Argentina. Es hijo de Juan Curaba y Ruth Righi. En setiembre de 2007, se selló con Jazmín Leotta, y tienen dos hijas. Es tercera generación de miembros de la Iglesia en Rosario, nieto de pioneros de esa zona.
En el año 2002 sirvió como misionero en la Misión Argentina Neuquén durante dos años y a su regreso fue llamado como secretario ejecutivo de estaca y miembro del sumo consejo en forma simultánea. Luego, sirvió como consejero de la presidencia de estaca, y el 22 de noviembre de 2015, fue llamado a servir como presidente de la estaca Rosario Oeste Argentina.
Actualmente es el violinista solista y guía de los segundos violines de la Orquesta Sinfónica de Rosario, primer violín del Quinteto Municipal de Cuerdas de la ciudad de Rosario, y tiene a su cargo la cátedra de violín en la Escuela de Música de Rosario.
Ser esposo y padre, servir como presidente de estaca y tener un trabajo que demanda tantas horas de dedicación, lo lleva a organizar muy bien sus tiempos para poder cumplir con sus responsabilidades con la excelencia que lo caracteriza.
“Siempre trato de darle prioridad a la familia, de pasar tiempo significativo con mis hijas, y salir de vez en cuando con Jazmín como esposos. Con el trabajo tengo horarios fijos pero ningún día es igual al otro. Esto también me permite poner reuniones de la Iglesia entre semana y dejar un poco más libres los domingos por la tarde”.
Es fascinante escucharlo contar sus comienzos…
“Vengo de una familia de músicos. Mi padre se desempeñó como pedagogo y solista de flauta en la Sinfónica de Rosario. Mis primeras incursiones en la música fueron de su mano. Comencé a los 6 años probando flauta y luego el clarinete. Un día mi padre, viajando en un colectivo, se encontró con un anciano que tenía con él dos violines pequeños. Por curiosidad entabló conversación, y supo que los estaba vendiendo. A mi padre le interesó y los compró, pensando que tal vez en el futuro podría interesarle a algún descendiente. Cuando los trajo a casa, miré los violines, y automáticamente quise aprender a tocarlos. No sabía lo que eran, pero los quería.
Tenía 7 años de edad cuando comencé a estudiar con el concertino de la Sinfónica de Rosario, Rodolfo Marchesini. A los 14 años seguí mis estudios durante 10 años en Buenos Aires con el concertino del teatro Colón, Pablo Saraví. Esto nos representó un sacrificio enorme, ya que las clases no eran baratas y el costo de dos o tres viajes mensuales, junto a mi papá que me acompañaba, nos representaba un gasto importante, pero me doy cuenta que valió la pena”.
Los esfuerzos y sacrificios de dinero y tiempo realizados dieron su fruto.
“El Señor siempre vio mis esfuerzos y me bendijo. Todos los concursos que me presenté los gané o llegué a la final. Todos los puestos que quise tener los obtuve por medio
de esta modalidad…“
- A los 18 años debutó como violinista solista junto con la Sinfónica de Rosario, interpretando uno de los conciertos para violín y orquesta de J.S. Bach.
- En el año 2004 obtuvo el puesto de suplente de violinista solista de los primeros violines de la Sinfónica de Rosario.
- En el 2005 fue becado por la Universidad Católica Argentina para tomar clases con el violinista español Felix Ayo
- En el mismo año ganó el primer premio de jóvenes solistas del Mozarteum de Santa Fe en la especialidad de cuerdas.
- En el año 2010 ganó el puesto de primer violín del Quinteto Municipal de Cuerdas de la ciudad de Rosario
- En el 2013, obtuvo el puesto de violinista solista y guía de los segundos violines de la sinfónica de Rosario.
Es imposible detallar todos sus logros, pero basta conversar con él unos minutos para saber de su excelencia como músico y como persona.
“La música me ayudó en varios aspectos personales de la vida. Me ayudó a ser responsable, a ser ordenado y metódico con el estudio, y por sobre todas las cosas, me ayudó a tratar de buscar la excelencia en todo lo que hago”.
Leandro J. Curaba es un ejemplo como persona, como líder y como profesional de la música. Sus grandes logros tienen que ver con su dedicación, su estudio, su esfuerzo y su amor por el Señor, por su familia y por lo que hace.
“A los jóvenes les diría que se animen a estudiar un instrumento, que exploren sus gustos musicales y qué cosas pueden lograr. Pero que lo hagan con responsabilidad y amor. Y SIEMPRE sean fieles a sus convenios con el Señor”.
“Sin importar dónde vivas ni cuáles sean las circunstancias de tu vida, puedes tomar la decisión de triunfar, a pesar de tus desafíos. Nunca te des por vencido; persevera; no te rindas. Recuerda: es lo que haces con lo que tienes lo que te convierte en la persona que eres”. Élder Mervyn B. Arnold, de los Setenta
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