La pasión por la pintura y el arte: el legado artístico de Enrique García

Al conversar con él, uno puede percibir su pasión por el arte, su espiritualidad y su reverencia hacia la vida en general.

Los cuadros con significativas reproducciones forman parte de la belleza especial de los templos de la Iglesia, al igual que de los hostales y otras áreas comunes de los departamentos usados por los misioneros. La Iglesia, desde hace muchos años, busca artistas entre sus miembros de todo el mundo y adquiere obras originales, así como los derechos para su reproducción. Estas obras deben cumplir con determinadas características, como la manera en que expresan el tema del evangelio, la excelencia estética y el logro técnico, así como la originalidad, creatividad y calidad.

En el largo pasillo hacia los dormitorios del primer piso del Hostal del Templo de Buenos Aires, un cuadro llama indefectiblemente la atención por su belleza y por la cantidad de detalles que uno puede encontrar al examinarlo. Tal vez, porque representa personajes emblemáticos en nuestras vidas como miembros, los misioneros, o quizás nos recuerda algunos escenarios similares de los que fuimos parte durante nuestro servicio misional. Es muy fácil sentirse dentro de la pintura en el camino polvoriento.

Reproducción de una obra de Enrique Manuel García en el Hostal del Templo de Buenos Aires

Su autor es argentino: Enrique Manuel García, de Burzaco, provincia de Buenos Aires. La Iglesia adquirió varias de sus obras de arte. Ha participado en gran cantidad de exposiciones, muestras y concursos, y ha ganado numerosos premios.
“A los 20 años descubrí mi pasión por la pintura a través de una amiga pintora y escultora” –lleva más de 50 años pintando.

Actualmente sirve como patriarca de la estaca Buenos Aires Adrogué y también como obrero del templo, pero desde su bautismo, en mayo de 1983, ha servido en numerosos llamamientos, como obispo, presidente de estaca y presidente de misión. A pesar de sus muchas ocupaciones laborales y eclesiásticas, siempre encontró tiempo para desarrollar su talento artístico. En esto tiene mucha responsabilidad su esposa, Cristina Isabel Castillo, con quien se casó en 1980. Su apoyo fue y es clave en sus desafíos, cualesquiera que sean.

Al conversar con él, uno puede percibir su espiritualidad y su reverencia hacia la vida en general. Transmite paz y reflexión; es fácil imaginarlo pintando en su taller buscando la excelencia en su arte. A medida que conversamos, el diálogo se enriquece…

“El arte en general me eleva espiritualmente”–dice y, luego de pensar unos segundos, agrega– “Es una forma de vida. Creo que está muy vinculado con lo espiritual, de hecho, la expresión artística, en mi caso, es esencialmente espiritual. El mayor desafío que enfrenta un artista hoy es ser auténtico y honesto”.

¿Y en cuanto a los temas que eliges?

“La elección de los temas que voy a pintar siempre debe estar acorde a las normas de la Iglesia. Al abordar temas relacionados con el evangelio suelo orar y estudiar especialmente para asegurar que transmitan exactamente lo que busco. Lo más desafiante para mí siempre ha sido realizar retratos del Salvador. Creo que no ha existido ni existirá un artista que sea capaz de plasmar la grandeza del Señor”.

Ante las preguntas relacionadas con su técnica y metodología, explica: “Pretendo ser un pintor clásico, mi técnica preferida es el óleo. Cualquiera sea el tema, mi paleta será reducida. Generalmente utilizo cuatro colores y blanco y con ellos combino todos los colores. He estudiado y practicado diferentes estilos de pintura, pero siempre he regresado a la figuración”.

El tiempo de la primera entrevista se agotaba y todavía tenía muchas preguntas por hacer. Luego de comprometerlo a una nueva charla, le pedí que respondiera dos preguntas:

¿Qué consejo le darías a alguien que está empezando en el mundo de la pintura?

  • Que sea auténtico y honesto.
  • Que aprenda a dibujar.
  • Que copie y estudie a los grandes maestros.
  • Que visite galerías y museos.
  • Que no trate de estar a la “moda”. Importa más lo auténtico que lo virtuoso.

¿Qué significa el templo en tu vida?

“Cuánto más lejos estamos de tener a Jesucristo como centro de nuestra vida, mayor es la fuerza que ejercen las presiones del mundo para alejarnos de los principios. El templo nos ayuda a ponerlo a Él como centro de nuestra vida y nos ubica en la eternidad con la visión correcta”.

Enrique “Quique” García es una de esas personas que hay que buscar conocer. Uno puede visitar su página en Facebook y mantenerse al tanto de sus obras. Aquellos que tienen la oportunidad de entablar una conversación con él descubren rápidamente su profundo conocimiento y su generosidad en compartirlo. La sensación de haber aprendido algo valioso después de hablar con Quique es innegable. Su sencillez y su capacidad para dejar una huella positiva son cualidades admirables que merecen ser reconocidas y valoradas. Pronto volveremos a conversar con él. 


Lo más desafiante para mí siempre ha sido realizar retratos del Salvador. Creo que no ha existido ni existirá un artista que sea capaz de plasmar la grandeza del Señor.

Enrique Manuel García

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